Lo habitual en ortodoncia, cuando se mueven los dientes, es que unos actúen contra otros: si un diente está más alto que sus dos vecinos, la suave fuerza generada por el arco de Niti causará que el diente que está más alto baje, pero también que los dos vecinos que están más bajos tiendan suban. La tercera ley de Newton lo explica muy bien: cada acción genera una reacción de la misma intensidad pero en sentido opuesto.
Cuando es necesario, para reducir la reacción en sentido contrario que se produce al aplicar una fuerza sobre un grupo de dientes, se recurre a buscar un apoyo (anclaje) fuera de los dientes, directamente en el hueso alveolar, mediante la colocación de microtornillos de titanio.
Cuando están indicados, se utilizan para facilitar el movimiento de los dientes en la dirección deseada sin necesidad de tenerse que apoyar en otros dientes (evitando así la reacción en sentido contrario) ni de tener que recurrir a utilizar aparatos complementarios extra, muy engorrosos de llevar por los pacientes.
Tanto la instalación como la retirada son rapidísimas, requieren una mínima cantidad de anestesia local y generalmente es el ortodoncista quien los coloca en la misma clínica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario