3.3.09

Cirugía Ortognática: la cirugía estética del esqueleto facial

Según diversas estadistícas entre el 25 y 30 % de la población presentan algún tipo de deformidad maxilofacial, es decir, cuando uno o varios huesos de la cara (maxilar, mandíbula, mentón, nariz o pómulos...) están alterados en forma, tamaño o posición.

Se ha definido la Cirugía Ortognática como la Cirugía Estética del Esqueleto de la Cara. Cuando uno o varios de los huesos que conforman la cara (Maxilar, mandíbula, mentón, nariz, pómulos), están alterados en tamaño, forma o posición, la cara pierde su armonía y nos encontramos ante una Deformidad Maxilofacial.

El porcentaje de personas de la población que tienen algún tipo de disarmonía facial se encuentra según diversas estadísticas entre el 25 y el 30%.

Aquellos pacientes que tienen problemas estéticos o funcionales son los candidatos a la cirugía. El principal problema funcional que presentan las deformidades maxilofaciales o dentofaciales es la alteración de la oclusión; cuando el maxilar, la mandíbula o ambos crecen más o menos de lo que deberían, tiene repercusión en la manera que encajan los dientes superiores con los inferiores.

Si este problema no es grave se puede tratar exclusivamente con ortodoncia.En los casos en que esta alteración es más importante es necesario un tratamiento combinado, en cual el ortodoncista tiene la función de corregir y ordenar la posición de los dientes para que el cirujano maxilofacial realice la cirugía correctora de la alteración en esa posición de los huesos.

Las alteraciones de oclusión pertenecen al grupo de las llamadas alteraciones del desarrollo; no están presentes en el momento del nacimiento,no son congénitas sino que empiezan a presentarse en el desarrollo puberal, a partir de los 7 años y de una manera más intensa, partir de los 12 y se estabilizan al acabar el crecimiento.

En los casos que se trata de una falta de crecimiento del hueso se puede iniciar el tratamiento a partir de los 10 años. Cuando el problema es un exceso de crecimiento, hay que esperar a que el crecimiento termine y la mandíbula se manifieste por completo.

Si supone un grave problema psicológico para el paciente se adelanta la intervención aún sabiendo que hay posibilidades que se tenga que retocar más adelante. En este tipo de patologías hay un componente genético, aunque no todos los niños con mandíbulas grandes tienen padres con mandíbulas grandes.

También hay factores ambientales; la dieta, la manera de respirar, la dentadura ... son otros factores que pueden influir.No existe una manera efectiva de prevenir este tipo de patologías; sólo se puede recurrir a la cirugía en el momento que el desarrollo haya terminado.Hasta el momento sólo se podían tener imágenes en dos dimensiones.

Con la aparición de la tecnología radiológica tridimensional se pueden obtener imágenes en tres dimensiones del esqueleto de la cabeza del paciente y fotografías en tres dimensiones y superponer unas con otras. De esta manera se puede tener una imagen del esqueleto en un ordenador que se puede modificar antes de ir a quirófano. Eso permite calcular los milímetros de movimiento que se quiere hacer con cada una de las partes de la cara y predecir cuáles van a ser los resultados.

También se pueden calcular qué tamaño han de tener las placas que se necesitan para fijar los huesos o las necesidades de colocar injertos.En cuanto a las nuevas tecnologías en este ámbito, el Instituto ha participado en el desarrollo del primer programa a nivel mundial de simulación virtual tridimensional de la cirugía del esqueleto facial. Este programa permite, a partir de un scanner del paciente, simular de manera virtual los movimientos de las distintas partes del esqueleto facial y ajustar con precisión milimétrica la posición final de las mismas.

Este tipo de cirugía no deja cicatrices ya que las incisiones se hacen a través de la boca. Si se tiene que trabajar el tercio superior, se utilizan las conjuntivas evitando la aparición de cicatrices.Lo que más ayuda a este tipo de pacientes es poder ver a otras personas que ya han pasado por la cirugía y su resultado.

Clásicamente, las técnicas de cirugía estética del esqueleto facial, suponían intervenciones largas y agresivas con postoperatorios muy aparatosos.En la actualidad, las técnicas de la Cirugía Maxilofacial permiten reducir los tiempos operatorios de estas intervenciones, y acelerar la recuperación. El Instituto ha desarrollado protocolos y técnicas de Cirugía Mínimamente Invasiva para la ejecución de estos tratamientos. Los pilares sobre los que se asienta este tipo de cirugía son tres: uno, anestesia con hipotensión controlada, que permite acelerar la recuperación del paciente tras la intervención; dos, abordajes mínimos; es decir pequeñas incisiones realizadas en el interior de la boca y que por tanto no dejan cicatrices visibles; y por último, cuidados postoperatorios.

Nuestros especialistas en linfoterapia y nutrición aseguran una pronta y eficaz recuperación del paciente. Como consecuencia de estos factores, este tipo de intervenciones se han podido acortar sensiblemente, oscilando los tiempos quirúrgicos en la actualidad entre 30min y 1,5 horas. Por otra parte, la reducción del trauma intraoperatorio permite que en dos semanas la mayoría de pacientes se puedan reincorporar a su vida académica o laboral.

Fuente: VivirMejor

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