La dentición humana adulta está compuesta por treinta y dos dientes distribuidos de la misma manera en ambas arcadas dentales. La arcada superior es algo mayor que la arcada inferior. Para que las arcadas encajen adecuadamente, los dientes superiores se solapan sobre los inferiores tanto vertical como horizontalmente: la arcada superior «abraza» a la inferior cuando la boca está cerrada o en oclusión, como lo hace la tapa en una caja de zapatos. Esta diferencia de tamaño entre ambas arcadas dentales es consecuencia, principalmente, de que los dientes anteriores superiores sean mucho más anchos que los inferiores y de que su angulación anteroposterior también sea mayor.
Por su forma, podemos diferenciar cuatro tipos de dientes.
- Incisivos: son los más anteriores, hay cuatro por arcada, sirven para cortar la comida durante la masticación.
- Caninos: vienen a continuación. Son dos por arcada y están localizados en sus esquinas. Son los dientes más largos de la boca. Funcionan generalmente como los incisivos y sólo ocasionalmente son utilizados para desgarrar, como hacen algunos animales.
- Premolares: son los que siguen a los caninos. Hay cuatro en cada arcada. Son los encargados de empezar el proceso de trituración de los alimentos.
- Molares: ocupan la parte más posterior en las arcadas dentales, hay seis en cada arcada y su función consiste en terminar de triturar los alimentos hasta dejarlos reducidos a partículas lo suficientemente pequeñas para que puedan ser tragadas fácilmente. Frecuentemente, los terceros molares o “molares del juicio” presentan alteraciones varias: están impactados (bloqueados dentro del hueso de los maxilares), o no se han formado (agenesias), o tienen formas anatómicas muy irregulares, o están sólo parcialmente erupcionados.
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